Este curso está siendo soso, soso...pero creo que en seguida Ingeniería Sanitaria se ganará el pase.
Segundo de ICCP
Asignatura: Topografía.
Bueno, pues que por primera (y ha resultado única) vez en la
carrera, que nos llevaban de visita ¡bien! A la presa de Alba ¡bien, una presa,
no una depuradora inmunda! Y en casi verano ¡calor, bien!
-Bueno chicos, pues que os llevéis la crema para el sol y
buen calzado que hay víboras en la zona.
Caras de pánico entre el público femenino. Víboras. Yo creo
que nos imaginamos con salacot y machete y unas hierbas por las rodillas. Así
que allí vamos todos en nuestro autobús cantando canciones de campamentos con
voz temblorosa y soportando el insultante optimismo de nuestro profesor que
hizo su aparición con unas endebles zapatillas. Nosotros con vaqueros y botas y
casi casi bufanda no fuera que nos saltaran al cuello (y treinta grados).
Pero oh, maravillas de la técnica, aquello era un camino de
grava y unas escaleras de hormigón. La vegetación quedaba abajo en el valle
donde no nos iban a dar la opción de detenernos y por muy ecologistas que
pudiéramos ser, todos respiramos aliviados mientras nos apelotonábamos en la
puerta de la galería (porque sí, a una presa se puede entrar de forma literal).
-Oye, que somos muchos, así que casi que la mitad se quede
fuera y espere un poco para entrar.
Pues allí que nos quedamos en unas escaleras de medio metro
de ancho, a pleno sol y todos bien pegaditos al paramento pulido y limpio
escuchando las indicaciones del director cuando aparece el guarda de seguridad
(no, nadie se había dado cuenta del grito que se había oído). Sale al exterior,
los ojos cegados por la luz, el buzo rojo, la coleta y el pendiente…y la víbora
muerta en la mano. Y que la lanza allí mismo y con las mismas que se vuelve al
interior. A por más.
Aclararé que la galería de una presa tiene muy pero que muy
poca anchura y altura. En plan La gran evasión, vamos. Tampoco hay demasiada
luz.
-Bueno chicos, pues yo creo que podemos ir entrando…